LA PERCEPCION DE LOS CIUDADANOS COMO UNA HERRAMIENTA DE PLANEACION URBANA

POR ALEJANDRINA PÉREZ AYALA

El crecimiento urbano equilibrado y ordenado de una ciudad tiene su principio en los instrumentos de planeación territorial y en las políticas públicas aplicadas para tal fin, que se originan en los diferentes niveles de gobierno; federal, estatal o municipal.

Cualquiera de estas herramientas debe estar orientada hacia el bienestar de la sociedad. Siendo así, la satisfacción de los ciudadanos, con respecto al espacio urbano que habitan, entonces está relacionada con aspectos como la movilidad, infraestructura, condiciones ambientales, accesibilidad, equipamiento y políticas públicas.

Sin embargo, se ha observado que tanto en los planes de desarrollo urbano como en las políticas públicas la inclusión de la percepción de los habitantes es inexistente, cuando si está en función de estos debería ser un componente esencial.

“Para que las ciudades puedan ser usadas por muchos grupos de personas es importante comprender de qué modo los diferentes grupos principales tienden a imaginar su contorno.”

– Kevin Lynch, urbanista y escritor estadounidense.

Estudiar el espacio a partir de la percepción humana es una tarea compleja en función de la subjetividad del objeto de análisis, así como por los múltiples enfoques teóricos y las disciplinas que se involucran en ello.

El conocimiento de la perspectiva de los ciudadanos acerca del espacio que habitan, es un aspecto crucial para la toma de decisiones y la instrumentación de políticas públicas en diferentes áreas urbanas, que deben de incluirse como un componente esencial en los indicadores y estudios.

Al respecto, José Estébanez, geógrafo español, explicó que “es urgente incorporar en la planificación urbana una investigación seria sobre la percepción del medio, puesto que la planificación ha de ser algo más que un simple ejercicio de determinación de módulos físicos o de embellecimiento y ornato.”

“Las ciudades no solo se tratan de grandes y modernas construcciones”

Entender la forma en que los ciudadanos conciben el lugar que habitan, identificar los elementos a los cuáles les confieren una connotación negativa y cuáles son valiosos para ellos, permitirá moldear el espacio urbano de forma que se acerque más a la expectativa de sus pobladores.

Asegurar mejores condiciones en la ciudad, no solo beneficia a los habitantes, también a los turistas, a los prestadores de servicios, en si, a todos los usuarios del espacio.

Actualmente existe una disociación entre la imagen que tiene el que planifica o el “experto” urbanista y la del ciudadano común y corriente; por lo tanto, el valor de este tipo de estudios radica en que mediante éstos se comprende la visión de los principales usuarios de la ciudad. Visión que puede integrarse y ser una guía que marque hacía dónde orientar ya sea un plan de desarrollo urbano o política pública, en el entendido que mediante éstas se busque el bienestar de los ciudadanos.

Las ciudades debería de ser lugares donde se desarrollan diversos e importantes fenómenos sociales que reflejan la cultura, los valores y el acontecer diario, así que las aspiraciones del habitante no pueden quedar opacadas frente a otros aspectos, como el económico o el político. No se debe olvidar que quien conoce, habita y siente la ciudad es el que ahí vive.

*Alejandrina Pérez Ayala es Maestra en Arquitectura formada en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Universidad Complutense de Madrid Su trabajo se relaciona con las líneas de investigación sobre habitabilidad urbana, ciudad y patrimonio.