LA ESTETICA DEL PARQUE CHICANO
Por Verónica Loaiza*
Las representaciones de las tradiciones del indio, del mestizo y del español, son trasladadas a las calles de las ciudades norteamericanas. La identidad cultural se transforman, lo mexicano, lo latino y lo estadounidense se fusionan para generar una nueva cultura: La Chicana. Latinos que soñaron con el American way of life o el Sueño Americano, pero la nostalgia de sus orígenes, de su tierra o de sus costumbres no les permitió dejar a un lado el ser mexicanos y vivir en el nuevo país.
“Corte, pelo rasurado de lado, camiseta ancha, zapatos blancos con pantalones guangos; el estilo chicano. Traen pistola en mano en caso de que les den balazos, latinos unidos, cubanos, puertorriqueños, mexicanos, salvadoreños, ¡son raza, son los batos que rifan!” – Letra de “Estilo Chicano” de Y Dyablo-.
Los inmigrantes usan conceptos estéticos y estilos arquitectónicos traducidos en un nuevo lenguaje; así el neighborhood –colonia, barrio- se convierte en una mezcolanza de lo gringo con lo latino. Las águilas, las figuras prehispánicas, figuras religiosas, los santos, plasmados en los espacios urbanos generan un eclecticismo estético; diferentes expresiones que existen en el sur de Estados Unidos, sobre todo en las ciudades fronterizas. De este modo se crean nuevas tipologías arquitectónicas y del arte urbano en urbes como Los Ángeles, Chicago, El Paso, San Diego, Brownsville, Laredo, donde el arte de la calle -street art- y el grafitti de las pandillas, saturan el paisaje de la ciudad.
El Parque Chicano es un ejemplo estético y antropológico de lo que sucede en la comunidad de latinos inmigrantes a Estados Unidos, quienes han hecho del barrio Logan un espacio Chicano en donde se reúnen y conviven. El sitio se ubica bajo el puente San Diego-Coronado, se compone de más de 60 murales y esculturas que lo disfrutan quienes lo intervienen y quienes se recrean en la nueva identidad cultural de la comunidad chicana. Este parque en San Diego fue designado «Sitio Histórico Oficial» debido a la dimensión y significado histórico de los murales, reconocidos públicamente como arte urbano por el San Diego Public Advisory Board en 1987, a la vez de que ser compensación del embargo de más de 5 mil casas de mexicanos que desde 1890 ahí permanecían.
Entre artistas autodidactas, residentes de los barrios y jóvenes, el arte chicano desarrolló su identidad cultural y su como rechazo a las políticas de estados Unidos. Los murales culturales retratan imágenes comunes de la historia precolombina: reproducciones de los murales mayas antiguos, esculturas de Olmecas, pirámides, diversas representaciones de mexicanos indígenas, motivos religiosos. De acuerdo con Graciela Kartofel, “el Arte Chicano, es un arte comparativo que analiza el perfil sociológico y refleja la vida diaria del chicano, planteando sus problemas de identidad; sus manifestaciones artísticas se resumen como protesta, esto lo consigue uniendo elementos propios, reencontrando sus raíces sin aceptar modelos externos”.
Las viviendas se modifican de su estructura original, de un sistema de construcción estadounidense modulado a una nueva propuesta conceptual, saturados de colores, de nichos dedicados a la Virgen de Guadalupe en el porche de las casas. La fuerte carga católica se percibe en la moda, la música o el lenguaje par dar lugar al spanglish; la cochera se convierte en el parking, el vestíbulo en el porche, el sótano en el basement. El arte de las comunidades, el chicano las acoge y las adecua a sus valores, los refuerza con sus raíces para vivir y satisfacerse dentro de un país que no es el suyo. Los barrios transportan fragmentos de México del país, con coloridos diseños de pueblos huicholes, purépechas, tarahumaras, mayas o aztecas.
El valor del los murales chicanos comenzaron a realizarse en los edificios de la ciudad, en parques, escuelas e iglesias de los barrios como una reacción a la situación social. El arte chicano ha sido excluido de los museos importantes, así como de las instituciones culturales y artísticas, es por eso que los chicanos han creado sus propias instituciones, sus propios espacios de creación artística. Las calles tienen mensaje, comunican la carga social e ideológica de los miles de latinos que las habitan entre el arte visual, música, literatura, pintura, escultura y otras formas de expresión; la mayoría de los artistas son jóvenes y nunca asistieron a una escuela de arte, reflejan su pensamiento de izquierda.
Los héroes de la revolución Mexicana como Emiliano Zapata y Pancho Villa; el arte chicano se basa en un movimiento de protesta político y el orgullo cultural. El conservar las raíces y origen -dentro de un contexto anglo en que se crea una nueva identidad- es la necesidad intrínseca de pertenencia dentro de una sociedad al que no corresponden.
Verónica Loaiza es arquitecta, artista visual y gestora cultural. Directora
de la asociación civil Contenedor de Arte. contenedordearte@gmail.com


