PLAZAS TEATRALES GENERAR CULTURA EN EL ESPACIO PUBLICO
Por Sergio Adem*
En la actualidad, las ciudades Michoacanas cuentan con espacios teatrales de mediana y alta capacidad, sin embargo, contar con un mayor número de espacios para enseñanza, práctica y divulgación de las artes escénicas es fundamental. “Sacar el teatro a la calle” ocupando y/o generando espacio público, sería una forma de acercar la cultura a la gente, de reforzar la función nodal que el espacio público ocupa en las ciudades y de contribuir a la generación de espacios de convivencia para estimular la reconstrucción del tejido social. Las Plazas Teatrales podrían ser identificadas como hitos urbanos que significarían nuevas centralidades georreferenciando diversas zonas de las ciudades que se traducirían en redes interculturales y reforzarían el sentimiento de pertenencia en el ciudadano con su barrio y localidad, sentimientos de identidad barrial y deseo de convivencia social.
“Es estratégico que toda población cuente con incubadoras artísticas y culturales”.
Dicho proyecto puede ser el catalizador de la denominada acupuntura urbana, que es una estrategia de intervención urbanística para reconfigurar una determinada área de ciudad con proyectos de equipamientos culturales, recreativos y deportivos que funcionan como elementos estructurantes del sistema de espacios públicos y que son fundamentales para
La ONU publicó recientemente un estudio en el que México ocupa el decimoctavo lugar a nivel mundial en cuanto a importancia del sector creativo y cultural. Es el único país de Latinoamérica en la lista y cuenta con una participación del 1.3% en este mercado mundial. Michoacán a su vez, es una de las entidades con mayor diversidad cultural en el país: su legado prehispánico y la vigencia de la cultura indígena, su patrimonio cultural tangible e intangible, su legado histórico, su gran producción actual, etc. Sin embargo, debemos hacer más para incorporar la cultura de manera profunda y productiva en la vida diaria de la comunidad pues el activo más importante de las ciudades y pueblos es la energía y creatividad de su gente en la construcción de un mejor lugar para vivir.
Es por ello que las casas de cultura deben pasar de ser instituciones pasivas a activas y, reinventarse en su conjunto. Esto se puede hacer buscando actividades relevantes para los habitantes de los barrios, saliendo a cazar talento, proponiendo retos a los jóvenes enseñando a producir con nuevos medios -apps de teléfono, hacer radio por internet, editar video, manejar software libre, etc.- y optimizando los recursos disponibles. Idealmente lo que se conseguirá es extender a la gente las herramientas y las oportunidades para incorporarse activamente a la industria de la cultura.
Es estratégico que toda población cuente con incubadoras artísticas y culturales de pequeña escala que se planifiquen según las inclinaciones culturales de cada comunidad y que integren redes interbarriales que contribuyan a elevar la calidad de sus programas y a captar y acompañar el talento que consigan atraer, incorporando los aprendizajes del pasado y actualizando los contenidos y, que compartan su programación cultural en un portal de internet, permitiendo la retroalimentación y la diversidad para que el público pueda navegar la oferta de los distintos centros de cultura como si fueran una mismo.
“Sacar el teatro a la calle ocupando o generando espacio público sería una forma de acercar la cultura a la gente”.
Caso análogo: Remix es una incubadora que nace en una de las zonas más peligrosas de Toronto, Canadá. El espacio donde está afincada era casa de la cultura a la antigua, no muy concurrida, hasta que un grupo de jóvenes del barrio, liderados por Gavin Sheppard, cofundador y director, hizo una campaña para tener voz en la agenda del espacio: “empezamos con un programa de tornamesas para uso público, paredes para grafiti y micrófonos abiertos pues había un fuerte interés por el hip hop entre nosotros. El programa evolucionó y ahora también contamos con un estudio de grabación, apoyo profesional para jóvenes que quieren empezar su negocio creativo, un programa de cine y una serie de alianzas con importantes marcas que contratan a los talentos que se forman en el espacio”.
En la actualidad, las ciudades Michoacanas cuentan con espacios teatrales de mediana y alta capacidad, sin embargo, contar con un mayor número de espacios para enseñanza, práctica y divulgación de las artes escénicas es fundamental. “Sacar el teatro a la calle” ocupando y/o generando espacio público, sería una forma de acercar la cultura a la gente, de reforzar la función nodal que el espacio público ocupa en las ciudades y de contribuir a la generación de espacios de convivencia para estimular la reconstrucción del tejido social. Las Plazas Teatrales podrían ser identificadas como hitos urbanos que significarían nuevas centralidades georreferenciando diversas zonas de las ciudades que se traducirían en redes interculturales y reforzarían el sentimiento de pertenencia en el ciudadano con su barrio y localidad, sentimientos de identidad barrial y deseo de convivencia social.
Dicho proyecto puede ser el catalizador de la denominada acupuntura urbana, que es una estrategia de intervención urbanística para reconfigurar una determinada área de ciudad con proyectos de equipamientos culturales, recreativos y deportivos que funcionan como elementos estructurantes del sistema de espacios públicos y que son fundamentales para el encuentro ciudadano y la generación de nuevas maneras de habitar la ciudad.
Es importante poder diseminar en la ciudad espacios para la ejecución de las artes escénicas que sean de fácil acceso para estudiantes de niveles básico y medio, para artistas principiantes y profesionales y para todo aquel interesado en aprender o ser espectador, pues el hecho de acercar el arte y la cultura a los barrios sería un sensible acto de los gobiernos para el fomento a la cultura y el bienestar ciudadano.
*Sergio Adem es Maestro en Urbanismo y Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña, especialista en planificación urbana y territorial. Miembro del Programa de Ciudades Intermedias de la Unión Internacional de Arquitectos.