TUS ÚLTIMAS VACACIONES

Por Edward Mutt*

El resplandor del rayo te sorprende justo cuando logras salir y te deslumbra. Escuchas cómo se revienta el cielo en un estruendo. Miras cómo el agua levanta sus brazos y saluda los pájaros que pasan para guarecerse en alguna palmera y comienzas a preocuparte. Se activa de golpe tu memoria a corto plazo. Sientes un ardor desde la panza hasta el culo. Notas las ráfagas del viento húmedo azotando tu torso desnudo y tu cara. Revisas en la orilla.

Buscas donde revientan las olas y donde se forman. Buscas incluso en el horizonte y cerca de él. Ya no sabes para donde voltear, mientras te percatas que los últimos bañistas logran salir del agua como pueden; intuyes que pasan corriendo a tu lado para refugiarse como aves rezagadas. Viras tu mirada hacia atrás con la esperanza de encontrar un guarda costas. Manoteas. Intentas gritar, pedir auxilio.

Nadie te escucha, la bruma de la tormenta ya sólo te deja ver a escasos cinco metros. Decides volver a entrar de a poco al agua. La terquedad te hace seguir gritando el nombre de tu amante. Piensas en todo y en nada. No piensas en que quizá ya se haya ahogado. Piensas en que un torrente de mar vomitará su cuerpo con vida o en ese trance en que tendrás que asistirlo y no sabrás cómo. –Lo que sí sabías, es que no sabe nadar–.

Sigues gritando su nombre, sigues buscándole en cada tumbo que das contra las olas que te mancillan con su tajante sal. Las corrientes  te arrastran y luego te escupen, las piedras revueltas hieren tus piernas; ahora tienes miedo de morir, pero a la vez deseas que te engullera el mar a ti también y de una vez por todas.

Te recriminas el momento de haber rentado esas putas tablas flotadoras. Dejas de gritar y no te das cuenta que lloras. Sollozas debido al gélido aire que respiras, mientras no piensas en cuánto le vas a extrañar, sino en qué chingados le vas a decir a sus papás. Entonces te cagas, pues ves salir la roja tabla, solitaria, deslizándose grácilmente sobre la arena de la playa, hasta llegar a tus lacerados pies.

*Edward Mutt es Crítico de Arte, proveniente de una reconocida familia francesa de artistas contemporáneos.

Edición de Contenedor de Arte: gestoría cultural, organización joven, que se desempeña como punto de encuentro y creación artística. Twitter: @contenedor_arte / Facebook: Contenedor de Arte A.C.  / Correo: contenedordearte@gmail.com